El viernes pasado en el Club Nokia, enfrente de una entusiasmada audiencia que llegó preparada para rockear, Zoé hizo la primera presentación en vivo de su nuevo álbum “Programaton”.
Tengo que admitir que la primera vez que escuché este nuevo álbum de Zoé, quede un poco decepcionado, no porque el álbum sea malo, si no porque yo como fanático de la música de Zoé, me había hecho expectativas basadas en su álbum anterior, el “MTV Unplugged, Musica De Fondo” en el cual la banda se tomó grandes libertades en los arreglos de sus canciones y las llevaron a lugares nunca pensados por los fanáticos de Zoé, y ese experimento fue todo un éxito y no solo sus fanáticos lo recibieron bien, si no que los convirtió en una súper banda con conciertos vendidos por todo el continente, y al escuchar este nuevo álbum, al principio pensé, “han vuelto al sonido clásico, pero seguro de la banda”.
Al escuchar las canciones de este nueva gira y los arreglos que han hecho a sus canciones de álbumes anteriores, pues me han callado la boca, ya que Zoé se ha reinventado nuevamente sobre el escenario y le han dado una gran potencia a su música con sonidos de guitarras estridentes, distorsionadas y a la vez melódicas y que bien se pensaría que estaban emulando los sonidos de Nine Inch Nails que estaban tocando enfrente de la calle en el Staples Center.
Empezando la velada con “No Hay Dolor” del álbum “Reptilectric”, Zoé calentó motores y a la audiencia para después empezar a subir el tono con “10 A.M.” y “Fin De Semana” del nuevo álbum “Programaton”.
Canciones como “Solo”, “Ultimos Dias”, “Via Lactea” y “Fotosintesis” llevaron a los congregados ahí casi al abismo del delirio con esos nuevos arreglos que le daban a estas viejas canciones una nueva potencia y una electricidad que se sentía hasta los cimientos del Nokia.
Antes del show y en las redes sociales, mucho se preguntaban si Enrique Bunbury aparecería para acompañar a Leon Larregui a cantar el gran éxito “Nada”, como había hecho varias veces en su previa gira juntos y en él Vive Latino, pero al final, Bunbury nunca llegó, pero es no detuvo a todo mundo de cantar a coro las primeras estrofas de la canción que comenzó en un tempo despacio, pero como al minuto y medio, la banda entro con toda su energía y llevó a la canción y a la audiencia a otro nivel.
Para cerrar la velada, después del habitual descanso, Zoé volvió al escenario para tocar “Reptilectric”, “Soñe”, “No Me Destruyas” y terminando con una tremenda versión de la ya clásica “Love”, la cual comenzó con un pulsante sonido de sintetizadores, y después un triple ataque de acordes de guitarras que llevaban el ritmo hasta el límite de los sentidos.
Escrito: Angel Aguilar
Fotos: Angel Aguilar